La importancia de la empatía para una sana convivencia 

Niños empáticos

La empatía ayuda a tener una sana convivencia, ya que es tener conciencia de los sentimientos, necesidades y preocupaciones de la otra persona. Es decir, tener la capacidad de ponerse en el lugar del otro, para poder comprender cómo se siente, qué piensa y por qué se comporta de determinada forma. Cuando se posee el don de la empatía es mucho más fácil tener una sana convivencia, ya que se comprende al otro y no se juzga. 

La empatía también ayuda a ver los aspectos positivos de la otra persona y a darnos cuenta de los aspectos que tenemos en común. Se experimenta la realidad subjetiva de otro individuo sin perder la perspectiva de la propia realidad. No implica dejar las propias convicciones y asumir las del otro, sino entender las razones de su comportamiento, aunque no estemos de acuerdo con ello.

La empatía ayuda a conseguir una conexión con las personas y a responder adecuadamente a las necesidades del otro. Comprender sus sentimientos e ideas, para mejorar su estado de ánimo. 

Las personas que son empáticas comprenden los sentimientos de los demás y sus puntos de vista; además de que se interesan en lo que les preocupa. Tienen bien desarrollada su capacidad de escucha activa. 

Beneficios de la empatía 

  • Nos permite conocer diferentes puntos de vista y entender la manera de pensar de los demás. 
  • Promueve la escucha activa, lo que permite que las personas se sientan atendidas y entendidas. 
  • La autoestima y la confianza de los niños y de los adolescentes se fortalece si crecen en un ambiente empático, ya que no se sienten juzgados, criticados o censurados. 
  • Ayuda al autoconocimiento. 
  • Promueve el desarrollo de las habilidades sociales. 
  • Ayuda al bienestar mental y físico. 
  • Permite tener comunicación y relaciones sociales saludables. 
  • Ayuda a tomar decisiones responsables. 

Cómo crear un ambiente de empatía 

  • Hay que entender que existen muchos y diferentes puntos de vista, que el nuestro no es el único válido y que no siempre tendremos la razón. 
  • Cuando se convive con niños o adolescentes, les tendremos que explicar las cosas muchas veces, por lo que hay que procurar no enojarnos y no desesperarnos. 
  • Al hablar con niños pequeños, es mejor ponernos a su altura para explicarles las cosas y mirarlos a los ojos, para que les sea más fácil poner atención y sentir un trato de iguales. 
  • Hay que evitar criticar, juzgar o etiquetar. 
  • Utilizamos frases como: “Te entiendo” o “ Te comprendo”. 
  • Mientras habla la otra persona, hay que escuchar con calma y sin interrumpir, para conocer bien la situación. 
  • Para entender mejor se puede preguntar y prestar atención al lenguaje no verbal.  

Cómo la empatía ayuda a una sana convivencia

 

Cuando existe empatía, se busca ayudar a los demás a desarrollarse y a fomentar sus aptitudes. Al momento de convivir dentro de una sociedad, la empatía ayuda a que las personas saquen lo mejor de sí mismas. 

La empatía es un rasgo fundamental en las relaciones interpersonales, ya sea entre: padres, familiares, compañeros, alumnos, o maestros; ya que ayuda a lograr seguir unas adecuadas normas de convivencia. 

Esta habilidad facilita el desenvolvimiento y progreso de las relaciones entre personas. Así como la autoconciencia emocional, las habilidades intrapersonales y la inteligencia emocional. 

La empatía da pie a que exista calidez emocional, compromiso, afecto y sensibilidad; lo que ayuda mucho a tener una convivencia sana y respetuosa. 

Cuando aprendemos a ver las necesidades de los demás, podemos reajustar nuestro actuar y proceder de manera sincera en beneficio de nuestras relaciones comunitarias.

Las personas empáticas son más receptivas a los demás, lo que puede ayudar a protegerlos contra situación de riesgo,  como pueden ser: el abuso de sustancias. La empatía ayuda a que se reduzca el acoso, los prejuicios y el racismo. Sienta las bases de una sociedad justa, pacífica y compasiva. 

Es una herramienta que nos beneficia a nosotros y a los demás, para hacer florecer relaciones provechosas en pro de nuestro crecimiento como seres humanos en todos los ámbitos de nuestra vida, ya sea  escolar, familiar, o laboral, etc. 

Créditos de la imagen:
Niños en ambiente empático

Créditos de la imagen destacada:
Niños en ambiente empático