La manera más asertiva para ayudar a prevenir la violencia en los niños y niñas es que, desde pequeños, aprenden a regular sus emociones; para que se conviertan en adultos con una buena salud mental y emocional. Es por eso que existen técnicas que ayudan a prevenir la violencia a través del control de emociones.
La ira es una de las emociones más difíciles de manejar, a cualquier edad; es por eso que existen técnicas específicas que se pueden aplicar, desde la infancia, para evitar y prevenir la violencia derivada de la falta de manejo del enojo.
El acoso escolar y las conductas agresivas en la escuela, en la calle e incluso en la familia; crean un ambiente de violencia que, a la larga, construyen sociedades en las que se vive inseguridad, vandalismo y situaciones de agresión y abuso.
El origen de la ira suelen ser los conflictos y el mal manejo de ellos. La ira es una emoción básica con la que convivimos diariamente, por lo que regular la ira es un paso decisivo para la prevención de la violencia y para mejorar la convivencia.
Todas las emociones tienen una función, ninguna es mala en sí misma. La ira es una emoción que surge cuando pasamos por situaciones frustrantes o experiencias desagradables. Naturalmente, la ira nos hace actuar de manera impulsiva, por la necesidad de actuar física y verbalmente para solucionar una problemática. Sin embargo, se puede aprender a controlar el enojo por medio de la razón, sin que tenga que desencadenar en un acto de violencia.
Técnicas para el autocontrol de la ira y prevenir la violencia
Si la ira se maneja de forma asertiva, se pueden prevenir episodios de violencia, acoso escolar y abuso. Algunas actividades que pueden ayudar al autocontrol de la ira son:
*Juego de causas y consecuencias de la violencia
Se plantean diferentes situaciones en las que se ha perdido el autocontrol y se ha actuado de manera violenta. Se hace un análisis de cuáles fueron las causas, qué emociones se sintieron y cuáles fueron las consecuencias a largo plazo.

Después, ante estos mismos escenarios, se buscan maneras alternativas de actuar para no incurrir en actos violentos. Además se trabaja el pensamiento causa-efecto, para que los niños y niñas aprendan a gobernar sus emociones, conociendo las consecuencias de sus acciones.
*Decir frases para calmarse y evitar la violencia
Ante una situación de ira y enojo se pueden decir, en voz alta o voz baja, frases que ayuden a que los pequeños se tranquilicen, como: “Debo calmarme”, y “Es mejor tranquilizarse”. También se puede complementar esta técnica con una respiración consciente de inhalar y exhalar lentamente en tres tiempos.
*Técnica tortuga
Esta técnica se basa en un cuento, se recomienda primero leerle el cuento a la niña o al niño. Posteriormente el pequeño debe colocarse en la posición de la tortuga, es decir, debe cerrar los ojos, pegar los brazos al cuerpo, bajar la cabeza e introducirla entre sus hombros, y encoger las piernas, como si fuera una tortuga en su caparazón.
Finalmente debe decirse a sí mismo: “Párate y mira a tu alrededor” y “calma”. También debe respirar profundamente por la nariz durante 5 segundos. Una vez que el niño salga de su “caparazón” y esté tranquilo, hay que enseñarle a encontrar una solución a su conflicto.
*Técnica de juego de roles
Se pueden ejemplificar situaciones conflictivas y de qué manera se podrían gestionar de manera asertiva. Las frases durante el juego se deben decir en primera persona, para evitar una escalada de ira o de enfado, como “yo me siento dolido”, “no me gustó esto”, “esta situación me hizo enojar”, etc.
*La rueda
Dibujar, en una cartulina o pizarrón, una rueda en forma de pastel o queso con acciones que pueden ayudarnos a calmarnos en 5 minutos como: saltar, correr, dibujar, contar, dar vueltas, etc.
* Hacer una lista de música
La música ayuda a los pequeños y pequeñas a calmarse y a reflexionar sobre sus acciones, para que puedan pensar más claramente cómo se sintieron y cómo pueden manejar de mejor forma su ira.

Si desde edades tempranas les enseñamos a los niños y niñas sobre inteligencia emocional, se puede prevenir la violencia, y se pueden gestionar correctamente las emociones, para que los pequeños se enfrenten de una forma más estable y positiva a situaciones complejas.
La violencia es el producto de una desregulación emocional, es decir, que sucede cuando los infantes no tienen la capacidad de gestionar o regular su ira, y se puede prevenir con las técnicas antes mencionadas.
Las relaciones familiares, con los maestros y compañeros; que son positivas y enriquecedoras, pueden prevenir la violencia, las conductas de riesgo y enseñar a resolver conflictos. Cuando los niños están en un ambiente seguro y afectivo, son felices y no hacen daño a nadie, incluso rechazan cualquier tipo de violencia.
Créditos de la imagen:
• "Respirar y conocer mis emociones"
• "Aprendiendo a validar mis emociones" del autor Tacubo Luchador
• "Fortaleciendo la cultura de paz" del autor Tacubo Luchador
Créditos de la imagen destacada:
• "Respirar y conocer mis emociones"